Rajoy se equivocó durante cuatro años al no saber rodearse de su propia guardia pretoriana que crecieran como líderes capaces de arroparle en momentos de crisis. Se equivocó al asumir como propias las compañías … (ponga usted el adjetivo que crea) que le dejaron como herencia, compañías tanto internas como externas al partido.
Ser líder supone también dotarse de mecanismos de defensa, y uno de ellos es tener a gente importante para los demás, a tu alrededor, capaces de sacrificarse si es necesario haciendo el trabajo más arriesgado y sin medida en la exposición ante los medios.
Ya se que eso es labor casi imposible, pues todos aspiran a ser los elegidos, pero todo se puede pactar.
En estos momentos de grave crisis en el PP, Rajoy debería poder estar por encima del bien y del mal, y tendría que disponer de no menos de tres líderes afines, con gran capacidad para salir en los medios de comunicación, con una apreciación exterior diferente y con un carisma territorial importante, para que fueran ellos los que arroparan a Rajoy en esta gestión política.
Se nota la falta de políticos con fuerza a su vera, que gestionene a Rajoy como la mejor de las opciones posibles, atacando incluso a todas las demás posibilidades. Y no cuento como solución a Fraga, cuya labor en estas semanas ha sido precisamente esta, pero que por su figura no sirve, al menos si sólo es él quien defiende a Rajoy.
Es cierto que salir en los medios defendiendo lo establecido supone quemarse, y que todos ellos, están ahora recogidos y agazapados, esperando el momento del ascenso. Pero nadie les pediría una defensa suicida sino una defensa responsable.
Gestionar estos momentos de crisis desde la responsabilidad, supondría a quien lo supiera hacer, el ascenso en la escala de valores del partido.
Y de momento nadie quiere asumir el riesgo. Curioso porque entre los varios que están escondidos, algunos nunca serán nada más de lo que ya son.
De momento se ha parado el primer ataque fuerte. Quedan varias batallas importantes que no terminan en Valencia. Quien controle el tempo y la intensidad, quien sepa esperar con munición suficiente, ganará. O puede que pierdan todos.
Estaremos atentos para aprender.
Ser líder supone también dotarse de mecanismos de defensa, y uno de ellos es tener a gente importante para los demás, a tu alrededor, capaces de sacrificarse si es necesario haciendo el trabajo más arriesgado y sin medida en la exposición ante los medios.
Ya se que eso es labor casi imposible, pues todos aspiran a ser los elegidos, pero todo se puede pactar.
En estos momentos de grave crisis en el PP, Rajoy debería poder estar por encima del bien y del mal, y tendría que disponer de no menos de tres líderes afines, con gran capacidad para salir en los medios de comunicación, con una apreciación exterior diferente y con un carisma territorial importante, para que fueran ellos los que arroparan a Rajoy en esta gestión política.
Se nota la falta de políticos con fuerza a su vera, que gestionene a Rajoy como la mejor de las opciones posibles, atacando incluso a todas las demás posibilidades. Y no cuento como solución a Fraga, cuya labor en estas semanas ha sido precisamente esta, pero que por su figura no sirve, al menos si sólo es él quien defiende a Rajoy.
Es cierto que salir en los medios defendiendo lo establecido supone quemarse, y que todos ellos, están ahora recogidos y agazapados, esperando el momento del ascenso. Pero nadie les pediría una defensa suicida sino una defensa responsable.
Gestionar estos momentos de crisis desde la responsabilidad, supondría a quien lo supiera hacer, el ascenso en la escala de valores del partido.
Y de momento nadie quiere asumir el riesgo. Curioso porque entre los varios que están escondidos, algunos nunca serán nada más de lo que ya son.
De momento se ha parado el primer ataque fuerte. Quedan varias batallas importantes que no terminan en Valencia. Quien controle el tempo y la intensidad, quien sepa esperar con munición suficiente, ganará. O puede que pierdan todos.
Estaremos atentos para aprender.