El lehendakari Ibarretxe comete unos errores políticos bastante infantiles, y lo siento.
En política tan importante es el qué como el cuando, tan importante el con quien como el contra quien, el cómo como el porqué.
Su iniciativa, que leída por personas ajenas al momento histórico de nuestro país, parecería digna de todo apoyo y aplauso, es absurda en estos momentos, excepto que sea munición para provocar.
Toda iniciativa puede ser buena o mala, dependiendo muchas veces no tanto de su contenido como de se momento, de su oportunidad. Y en este año no toca hablar de lo que se solicita opinión, en la consulta.
Sin duda el fondo de la cuestión, saber si es pertinente que los ciudadanos vascos puedan expresar su opinión, es una cuestión loable, pero también digo que es una cuestión sólo para la galería, sólo para la historia, y por eso, hay que meditarla mucho y pesar su poder, su importancia, que es más que la de analizar si hay derecho unilateral a la autodeterminación, o no.
Los pueblos deben tener derecho a decidir su futuro. Pero es cierto que el futuro de los territorios y sus derechos, van unidos siempre al futuro y a la historia de los territorios vecinos con los que se está integrado. Por eso es tan compleja una cuestión tan simple como preguntar.
Si asumimos que la autodeterminación es una cuestión importante, muy importante diria yo, debemos asumir que todo tipo de paso que se de en esta dirección, debe ser muy estudiado y meditado, porque es más fácil errar que conseguir que te admitan tus decisiones. La inteligencia política en este campo debe ser prioritaria, el empleo del tempo, de los tiempos, una herramienta insustituible.
Puyol sabía mucho de este tema, era (es) un hombre histórico, que trascendía en sus decisiones al momento en que las tomaba. (Si, ya lo se, también cometió errores, pero con tanto años de poder es lo lógico).
El lehendakari Ibarretxe ha cometido el error de precipitarse, de querer ser él quien planteara el tema sin asumir que ETA, le había marcado el calendario, y que ahora y durante unos años, no tocaba hablar de esto.
Por cierto, no es lo mismo hablar que trabajar callados. Yo si que estoy a favor de la negociación porque es el único camino, pero eso es otro tema que hoy no toca.
Todos sabemos, en Epaña y en el País Vasco, lo que piensan en cada momento los ciudadanos de cada zona geográfica, incluso segmentados por cualquier tipo de corte. Luego lo importante no es saber lo que opinan, sino darle carácter legal, elevar a institucional lo que ya se sabe. Y para este tema, lo mejor era esperar, porque de esta forma el lehendakari ha quemado una posibilidad. Hay que tener paciencia, incluso ante la historia.
En política tan importante es el qué como el cuando, tan importante el con quien como el contra quien, el cómo como el porqué.
Su iniciativa, que leída por personas ajenas al momento histórico de nuestro país, parecería digna de todo apoyo y aplauso, es absurda en estos momentos, excepto que sea munición para provocar.
Toda iniciativa puede ser buena o mala, dependiendo muchas veces no tanto de su contenido como de se momento, de su oportunidad. Y en este año no toca hablar de lo que se solicita opinión, en la consulta.
Sin duda el fondo de la cuestión, saber si es pertinente que los ciudadanos vascos puedan expresar su opinión, es una cuestión loable, pero también digo que es una cuestión sólo para la galería, sólo para la historia, y por eso, hay que meditarla mucho y pesar su poder, su importancia, que es más que la de analizar si hay derecho unilateral a la autodeterminación, o no.
Los pueblos deben tener derecho a decidir su futuro. Pero es cierto que el futuro de los territorios y sus derechos, van unidos siempre al futuro y a la historia de los territorios vecinos con los que se está integrado. Por eso es tan compleja una cuestión tan simple como preguntar.
Si asumimos que la autodeterminación es una cuestión importante, muy importante diria yo, debemos asumir que todo tipo de paso que se de en esta dirección, debe ser muy estudiado y meditado, porque es más fácil errar que conseguir que te admitan tus decisiones. La inteligencia política en este campo debe ser prioritaria, el empleo del tempo, de los tiempos, una herramienta insustituible.
Puyol sabía mucho de este tema, era (es) un hombre histórico, que trascendía en sus decisiones al momento en que las tomaba. (Si, ya lo se, también cometió errores, pero con tanto años de poder es lo lógico).
El lehendakari Ibarretxe ha cometido el error de precipitarse, de querer ser él quien planteara el tema sin asumir que ETA, le había marcado el calendario, y que ahora y durante unos años, no tocaba hablar de esto.
Por cierto, no es lo mismo hablar que trabajar callados. Yo si que estoy a favor de la negociación porque es el único camino, pero eso es otro tema que hoy no toca.
Todos sabemos, en Epaña y en el País Vasco, lo que piensan en cada momento los ciudadanos de cada zona geográfica, incluso segmentados por cualquier tipo de corte. Luego lo importante no es saber lo que opinan, sino darle carácter legal, elevar a institucional lo que ya se sabe. Y para este tema, lo mejor era esperar, porque de esta forma el lehendakari ha quemado una posibilidad. Hay que tener paciencia, incluso ante la historia.