Si ustedes han viajado por paises árabes, habrán disfrutado de sus zocos, de sus mercados que te trasportan a la Edad Media, con sus olores, colores y bullicio.
Lugares recomendables sin duda, para perderse mentalmente.
Pero es posible que cerca de su casa, de su ciudad tenga ejemplos muy aproximados.
El Mercado de San Antonio de Barcelona es uno de ellos. Su anillo circular, sus pasillos cubiertos que le rodean, son, con sus limitaciones en cuanto a productos en venta, muy parecidos a los que puedes ver en un país como Marruecos o Túnez o Turquía.
Efectivamente no tiene comparación en cuanto a sensaciones, pero el contenido es algo circunstancial y temporal, porque el continente es muy similar. Conseguir un atractivo turístico a través de la reconstrucción de nuestros Zocos o Foros romanos (que fueron anteriores) es cuestión de decisión.
Todos conocemos las jornadas esporádicas que se realizan en las grandes ciudades, en donde se recrean mercados medievales. Pero nunca hemos planteado dejar uno de ellos de manera fija, como reclamo turístico.
En Zaragoza tenemos un ejemplar de Mercado Medievel, totalmente abandonado a su muerte lenta.
Se han realizado algunos intentos de mejora sin éxito.
El Mercado de San Vicente Paul, debería ser un elemento a rescatar, copiando ejemplos que ya hay en Londres, en París o en Barcelona por poner algunos ejemplos.
Lugares recomendables sin duda, para perderse mentalmente.
Pero es posible que cerca de su casa, de su ciudad tenga ejemplos muy aproximados.
El Mercado de San Antonio de Barcelona es uno de ellos. Su anillo circular, sus pasillos cubiertos que le rodean, son, con sus limitaciones en cuanto a productos en venta, muy parecidos a los que puedes ver en un país como Marruecos o Túnez o Turquía.
Efectivamente no tiene comparación en cuanto a sensaciones, pero el contenido es algo circunstancial y temporal, porque el continente es muy similar. Conseguir un atractivo turístico a través de la reconstrucción de nuestros Zocos o Foros romanos (que fueron anteriores) es cuestión de decisión.
Todos conocemos las jornadas esporádicas que se realizan en las grandes ciudades, en donde se recrean mercados medievales. Pero nunca hemos planteado dejar uno de ellos de manera fija, como reclamo turístico.
En Zaragoza tenemos un ejemplar de Mercado Medievel, totalmente abandonado a su muerte lenta.
Se han realizado algunos intentos de mejora sin éxito.
El Mercado de San Vicente Paul, debería ser un elemento a rescatar, copiando ejemplos que ya hay en Londres, en París o en Barcelona por poner algunos ejemplos.