Rajoy y con él el Partido Popular está tomando decisiones propias, lo cual es importante. Durante 4 años ha estado preso de no se sabe bien cuantos eslabones de una misma cadena, incluidos algunos periodistas, y parece que por fin se está descargando de peso innecesario.Aviso al PSOE, las bases del PP son poderosas, han creado un tejido político joven que da ideas, que son nuevos y renovadores, que saben lo que la sociedad quiere escuchar y que van a ser capaces de dar el salto al Gobierno, sin complejos de "Coperos" o "Copistas".
La diferencia entre un equipo ganador y otro perdedor la dan las personas que forman parte del proyecto, más incluso que las ideas que defienda. Un equipo bueno con un proyecto mediocre puede ganar a un equipo con un gran proyecto que no sea creído y creíble por sus propios integrantes. La importancia del equipo es fundamental para alcanzar cualquier meta en la vida.
Rajoy ha elegido a las familias levantinas en contra de las madrileñas, y se ha trabajado muy bien los nacionalismos que son para los conservadores su particular espina. Sabe que sin el voto de Cataluña y el País Vasco es imposible gobernar en España, excepto que sea capaz de desactivar los nacionalismos como así ha hecho, acudiendo al voto del miedo y al voto centrista y centralista. Ha entregado ese votante en brazos al PSOE prefiriendo que sumen con el contrario a que sean libres, en ambos casos nunca serían votos y Diputados suyos, pero los prefiere mezclados con los socialistas en una jugada de ajedrez que le permite tomar hueco en el centro antinacionalista.
¿Quien dijo que no existía el voto centrista en Europa?, era un equivocado, sin duda, el voto centrista es el que mueve gobiernos. Es cierto que no existe un partido centrista porque no hay posibilidad de hacerlo gobernar y los políticos quieren estar en el poder para transformar, pero quien controle a esa parte de la sociedad, gobernará.
Rajoy ha aprendido, tarde eso si. Ahora le toca mover ficha al PSOE y saber si opta a un gobierno técnico o político. O una mezcla según parcelas.
Y les toca mover ficha a los partidos nacionalistas, que se ven ya asfixiados, por un estrechamiento social de su espacio político.
