Anoche pudimos tener la oportunidad de ver un debate a 5 en Antena Aragón. Sirvió para demostrar que la presentadora y el regidor no estaban preparados. Mucho menos que el peor de los 5 políticos. Pero las migajas sirvieron al menos para ver juntos a los 5 cabezas de lista por Zaragoza.
Esta campaña electoral prometía más calidad de la que finalmente ha entregado, se convirtió enseguida en una pelea presidencialista engañando a los ciudadanos y con unas listas de promesas subasteras que nadie entiende y a nadie han explicado, y que se llevará el viento en cuanto mañana tengamos todos, también ellos, que reflexionar.
Van a ser las primeras elecciones generales, en las que el bipartidismo total va a sentar sus bases en un sin duda, nuevo sistema de reparto político. Así lo va a querer la sociedad, no es algo impuesto sino algo aceptado. Y punto.
A partir del día 10 el Parlamento será más pobre, igual de crispado porque los dos grandes van a seguir estando en su línea, y tendrán delante el reto de levantar una economía que no está en el mejor momento por un mal trabajo en años de bonanza.
Acaba un periodo, pero no se abre otro nuevo sino un continuismo eso si con más fuerza, preparador de un sistema electoral distinto.
Problemas como la vivienda, la educación, la precariedad laboral o la integración de la actual juventud en una sociedad nueva se quedan en el tintero de las asignaturas pendientes, porque no interesaba plantear dudas.
Seguiremos hablando del Gobierno.
Esta campaña electoral prometía más calidad de la que finalmente ha entregado, se convirtió enseguida en una pelea presidencialista engañando a los ciudadanos y con unas listas de promesas subasteras que nadie entiende y a nadie han explicado, y que se llevará el viento en cuanto mañana tengamos todos, también ellos, que reflexionar.
Van a ser las primeras elecciones generales, en las que el bipartidismo total va a sentar sus bases en un sin duda, nuevo sistema de reparto político. Así lo va a querer la sociedad, no es algo impuesto sino algo aceptado. Y punto.
A partir del día 10 el Parlamento será más pobre, igual de crispado porque los dos grandes van a seguir estando en su línea, y tendrán delante el reto de levantar una economía que no está en el mejor momento por un mal trabajo en años de bonanza.
Acaba un periodo, pero no se abre otro nuevo sino un continuismo eso si con más fuerza, preparador de un sistema electoral distinto.
Problemas como la vivienda, la educación, la precariedad laboral o la integración de la actual juventud en una sociedad nueva se quedan en el tintero de las asignaturas pendientes, porque no interesaba plantear dudas.
Seguiremos hablando del Gobierno.