Todas las ciudades tienen su culo, su zona sucia y de desechos, por donde evacuar lo que no se necesita. Es necesaria.
Las organizaciones también lo necesitan.
No es posible vivir sin estar constantemente desechando parte de lo que te alimenta o mejor dicho, de lo que te alimentó. Es ley de vida, sucia, pero ley de vida.
Constantemente todos necesitamos ir limpiando y vaciando nuestro cuerpo de aquellos desechos que nos impiden seguir alimentándonos para sobrevivir, y siempre además se realiza ese acto normal en un lugar apartado, pero con luz y tranquilidad.
Es cierto que poca gente va de visita a los lugares en los que se evacua, pero están a la vista de quien desee ir a verlo. Ni se deben esconder demasiado ni es posible dejar de tenerlos.
Lo que las organizaciones suelen hacer es no ir de visita, olvidarse de que existen pero dedicarles una atención callada pero suficiente para que no se corrompan.
Poner estos sitios al final del aire, para que no molesten con sus olores.
Las organizaciones también lo necesitan.
No es posible vivir sin estar constantemente desechando parte de lo que te alimenta o mejor dicho, de lo que te alimentó. Es ley de vida, sucia, pero ley de vida.
Constantemente todos necesitamos ir limpiando y vaciando nuestro cuerpo de aquellos desechos que nos impiden seguir alimentándonos para sobrevivir, y siempre además se realiza ese acto normal en un lugar apartado, pero con luz y tranquilidad.
Es cierto que poca gente va de visita a los lugares en los que se evacua, pero están a la vista de quien desee ir a verlo. Ni se deben esconder demasiado ni es posible dejar de tenerlos.
Lo que las organizaciones suelen hacer es no ir de visita, olvidarse de que existen pero dedicarles una atención callada pero suficiente para que no se corrompan.
Poner estos sitios al final del aire, para que no molesten con sus olores.