15.1.08

La mentira tiene las patas muy cortas

Se me ha dicho en alguna entrada de un medio de comunicación, que soy miembro de los trabajadores del partido. Y en otro lugar que tengo el brazo de madera.

Voy por partes.

Entro al trapo porque me resultan simpáticos los dos adjetivos. Y porque no me entra el sueño, no se qué me pasa.

Yo llevo toda la vida viviendo de un oficio que hasta hace unos pocos años nadie conocía. Hoy diría que siempre ha vivido de las Artes Gráficas, pero he tragado más ácido nítrico y cianuro que todos os de mi barrio juntos y es de los grandes. He sido fotograbador.

Y sobre el brazo de madera, pues no se a cual se debe tal honor, pero he de decir que si, que soy fiel, y que de pequeño me enseñaron que la fidelidad es un valor. He sido fiel en todos los sitios en donde he estado, en donde he trabajado. Se me conoce por ajovin desde hace muchos años. Y seguiré siendo fiel durante años si me lo permite la salud.
Ser fiel no es ser idiota ni ser imbécil. Es participar y exigir antes de levantar la mano, trabajar codo con codo con los que al final tocan el pito.
Creo en los equipos, en los directores de orquesta y en los músicos de jazz. Incluso estos últimos tienen un equipo que conocen y que saben acompasar al ritmo que sin querer alguien marca. Yo en mis equipos quiero gentes que sepan trabajar en equipo. Lo otro, es falsedad y no sirve.