Ha muerto uno de mis maestros. Él tal vez nunca supo lo que en realidad había hecho por el ajedrez en el mundo, o tal vez si y esa responsabilidad le pudo, nunca lo sabremos, lo cierto es que abandono dejándonos huérfanos de una peculiar manera de enfrentarse a la batalla.
Hablar hoy de ajedrez es absurdo, porque al no estar "de moda" nadie sabe lo que fue en aquellos años en los que un americano vencía a los rusos en el campo de batalla del tablero.
El ajedrez fue algo mucho más que un deporte y se convirtió manipulado, en una guerra al menos mediática.
Bobby amaba el ajedrez y le pesó todo aquello tanto que lo abandonó, porque es de las actividades que más te agarran, es como una droga mental y deportiva que te abstrae y te levanta del mundo.
Ya, no aspiro a que lo entienda, es normal. Pero medite que al menos para muchos es así, aunque no lo comparta.
Hablar hoy de ajedrez es absurdo, porque al no estar "de moda" nadie sabe lo que fue en aquellos años en los que un americano vencía a los rusos en el campo de batalla del tablero.
El ajedrez fue algo mucho más que un deporte y se convirtió manipulado, en una guerra al menos mediática.
Bobby amaba el ajedrez y le pesó todo aquello tanto que lo abandonó, porque es de las actividades que más te agarran, es como una droga mental y deportiva que te abstrae y te levanta del mundo.
Ya, no aspiro a que lo entienda, es normal. Pero medite que al menos para muchos es así, aunque no lo comparta.