Los asesores de las empresas son unas figuras terribles en el organigrama, seres que no se atrevieron a montar su propio negocio y que les gusta jugar a experimentos con la gaseosa de otro, sabiendo que si fallan, no son ellos los culpables sino el mercado que está loco.
En los 80 la consigna era invertir en tecnología y crecer en producción y tamaño para ser más competitivos.
En los 90 la órden era prescindir de mano de obra, porque todo se podía hacer con menos y el mercado era muy rígido, así que cuanto menos atado estuviera el recurso humano, más feliz era la empresa.
En los 00 (es obligado ponerlo así, lo siento) la decisión era jugar en internet y en las nuevas tecnologías, porque los sistemas cambian y ya nada va a ser igual. La deslocalización hace imposible competir en la producción, hay que diversificar, lo intangible triunfa.
Los asesores se diferencian de los empresarios en que leen más, en que están más en contacto con las modas que se exportan, a veces de manera interesada. Los asesores lo tiene crudo, porque ahora la moda es que los RRHH y las asesorías se lleven deslocalizadas.
Tu contratas el servicio con una empresa china, y le pasas tus problemas en un estadillo y ellos te lo resuelven en un plis plas.
Es como el médico digital. Fiebre SI, diarreas SI, restos de sangre NO, cansancio SI. Le das al enter y te sale en la pantalla el medicamento recomendado. Así de fácil.
Querido chino, me sobran 3 fulanos en la empresa, ¿a quien despido? y el chino desde China te dice a quien con unos parámetros solicitados de lo más lógicos. Hasta usted que es el dueño de la empresa se queda maravillado de la lógica de esos chinos, porque si hubiera tenido que ponerse a pensar en ese tema, hubiera decidido lo mismo que ellos.
Es decir, se han equivocado los dos, usted y el chino.
Mire, un consejo, para que así se equivoque por culpa de los asesores, pero este es gratis.
Tire a sus asesores a la taza del WC y aprete un botón plateado que hay encima.
Todos los que tenemos asesores, yo también, decimos siempre lo mismo.
¡Todos son iguales!
Y es verdad, todos son igual de malos.
Todos el primer día parece que te van a cambiar la empresa de arriba abajo, y el último día sólo sabe intentar cobrar lo que les debes.
¿Que usted no sabe llevar la empresa si no tiene un asesor?, ¡ah! ese es otro tema amigo, entonces lo que sucede es que usted no se merece tener una empresa.
En los 80 la consigna era invertir en tecnología y crecer en producción y tamaño para ser más competitivos.
En los 90 la órden era prescindir de mano de obra, porque todo se podía hacer con menos y el mercado era muy rígido, así que cuanto menos atado estuviera el recurso humano, más feliz era la empresa.
En los 00 (es obligado ponerlo así, lo siento) la decisión era jugar en internet y en las nuevas tecnologías, porque los sistemas cambian y ya nada va a ser igual. La deslocalización hace imposible competir en la producción, hay que diversificar, lo intangible triunfa.
Los asesores se diferencian de los empresarios en que leen más, en que están más en contacto con las modas que se exportan, a veces de manera interesada. Los asesores lo tiene crudo, porque ahora la moda es que los RRHH y las asesorías se lleven deslocalizadas.
Tu contratas el servicio con una empresa china, y le pasas tus problemas en un estadillo y ellos te lo resuelven en un plis plas.
Es como el médico digital. Fiebre SI, diarreas SI, restos de sangre NO, cansancio SI. Le das al enter y te sale en la pantalla el medicamento recomendado. Así de fácil.
Querido chino, me sobran 3 fulanos en la empresa, ¿a quien despido? y el chino desde China te dice a quien con unos parámetros solicitados de lo más lógicos. Hasta usted que es el dueño de la empresa se queda maravillado de la lógica de esos chinos, porque si hubiera tenido que ponerse a pensar en ese tema, hubiera decidido lo mismo que ellos.
Es decir, se han equivocado los dos, usted y el chino.
Mire, un consejo, para que así se equivoque por culpa de los asesores, pero este es gratis.
Tire a sus asesores a la taza del WC y aprete un botón plateado que hay encima.
Todos los que tenemos asesores, yo también, decimos siempre lo mismo.
¡Todos son iguales!
Y es verdad, todos son igual de malos.
Todos el primer día parece que te van a cambiar la empresa de arriba abajo, y el último día sólo sabe intentar cobrar lo que les debes.
¿Que usted no sabe llevar la empresa si no tiene un asesor?, ¡ah! ese es otro tema amigo, entonces lo que sucede es que usted no se merece tener una empresa.