27.12.07

La violencia que no conoce límites

Sin duda este inicio de milenio pasará a la historia de la civilización como un tiempo violento, en donde no fuimos capaces de vencer a las ganas de matar de unos contra otros.
Pero curiosamente y en contra de la opinión mayoritaria, debo añadir que estamos también en un momento en que a fuerza de tanta violencia la hemos vanalizado hasta convertirla en alimenticia y asumible.
Parece que va con el cargo de ser ciudadano.
Y resulta curioso que incluso con los tremendos errores que comenten los políticos de Gran Poder, el mundo no haya estallado todavía en una guerra total, sin medida posible.
Hoy el Gran Poder no lo tienen solo los que tienen aviones o soldados, hoy el poder ya hemos aprendido que reside en muchas otras posibilidades. Pero curiosamente todas malas.
Poder es tener petróleo o tener suicidas o tener información.
Nunca antes de ahora con cualquiera de estos tres nuevos poderes se podría haber desencadenado nada que no fuera como mucho una pelea entre ciudades.
Hasta hace poco más de medio siglo, el tiempo de nuestros padres más o menos, las guerras empezaban cuando mataban a un Príncipe o a un Dirigente político.
Ahora no, menos mal, ahora matan sin medida y no consiguen, otra vez menos mal, que tiemblen las piernas de nadie.
¿Donde nos hemos puesto el límite?, ¿en qué momento conseguirán que se rompa el mundo por la mitad?
De momento nosotros hoy, cenaremos con vino de Aranda de Duero, por si se queda en el trastero sin abrir.