Unos de los grandes inventos de la humanidad, es sin duda el vino. ¡¡Hipp!!
El vino está vivo, ya se que lo sabe, y usted también está viv@, y la mezcla de estos dos elementos vivos producen una serie de sensaciones nunca iguales, difícilmente repetibles.
Yo les propongo un juego.
Se necesitan al menos 2 personas aunque lo ideal es 4 con diferente experiencia enológica.
Ponga en 4 copas normales, un rosado del año, un tinto crianza, un manzanilla o fino seco y un rancio dulce u Oporto.
Empiezen por este orden a probar los vinos y a comentar entre ustedes las sensaciones.
Olor, textura en boca, sabor, sensaciones, e intenten buscar comparaciones con otros sabores que ya conocen. Y digan qué tipo de vino les gusta más y porqué. Intenten adivinar si se apodera algún sabor en especial, los sabores primarios del vino, y si detectan en su olor algún signo de frutas, de especias, de olores conocidos.
Una vez acabada la cata, y sin dejar de hablar, cosa lógica si hay vino en la mesa, empiecen a volver a beber unos sorbos de los distintos vinos en un orden aleatorio. Observarán que todo lo que antes han dicho sobre cada vino ha cambiado. Cada repetición de cata el vino de cada clase le produce distintas sensaciones.
Esta prueba se puede llevar al infinito.
Si quiere, entre cata y cata tome un poco de pan con queso, y varíe las clases de queso entre suaave y azul, entre Gruyere auténtico y Picón, entre Camembert y Pata de Mulo.
O meta en el juego algo de jamón o de repostería dulce. Los resultados son siempre distintos.
Ya, ya se que lo sabía, Solo estoy jugando.
¿Ha probado a servir el mismo vino en diferentes copas, o a distintas temperaturas?
Sin duda el vino está vivo, y lo más importante, usted también, porque se da cuenta de los cambios.
El vino está vivo, ya se que lo sabe, y usted también está viv@, y la mezcla de estos dos elementos vivos producen una serie de sensaciones nunca iguales, difícilmente repetibles.
Yo les propongo un juego.
Se necesitan al menos 2 personas aunque lo ideal es 4 con diferente experiencia enológica.
Ponga en 4 copas normales, un rosado del año, un tinto crianza, un manzanilla o fino seco y un rancio dulce u Oporto.
Empiezen por este orden a probar los vinos y a comentar entre ustedes las sensaciones.
Olor, textura en boca, sabor, sensaciones, e intenten buscar comparaciones con otros sabores que ya conocen. Y digan qué tipo de vino les gusta más y porqué. Intenten adivinar si se apodera algún sabor en especial, los sabores primarios del vino, y si detectan en su olor algún signo de frutas, de especias, de olores conocidos.
Una vez acabada la cata, y sin dejar de hablar, cosa lógica si hay vino en la mesa, empiecen a volver a beber unos sorbos de los distintos vinos en un orden aleatorio. Observarán que todo lo que antes han dicho sobre cada vino ha cambiado. Cada repetición de cata el vino de cada clase le produce distintas sensaciones.
Esta prueba se puede llevar al infinito.
Si quiere, entre cata y cata tome un poco de pan con queso, y varíe las clases de queso entre suaave y azul, entre Gruyere auténtico y Picón, entre Camembert y Pata de Mulo.
O meta en el juego algo de jamón o de repostería dulce. Los resultados son siempre distintos.
Ya, ya se que lo sabía, Solo estoy jugando.
¿Ha probado a servir el mismo vino en diferentes copas, o a distintas temperaturas?
Sin duda el vino está vivo, y lo más importante, usted también, porque se da cuenta de los cambios.