22.10.07

El País versus Público

Ya hemos tenido en las manos los dos nuevos medios de comunicación de izquierdas. Uno nuevo y el otro lavado y peinado.
¿Y ahora qué?
En la línea de análisis de ambos medios que ya he tenido con anterioridad ahora viene la comparación. Muy sucinta eso si.
Una gran ventaja de Público. Su precio. Pero no porque el comprador de este tipo de periódicos no pueda pagar un euro, sino por la tendencia del mercado. Todo cambia, y la relación de los medios con los consumidores también. No sabemos ahora cuanto tiempo tardaremos en ver un nuevo periódico viejo que baja su precio, es cuestión de competencia y de que no se pongan TODOS de acuerdo. Y de que Público triunfe o no.
Los contenidos son parecidos aunque con un enfoque distinto. No podría decir cual es mejor porque en los dos encuentro ventajas e inconvenientes. Uno es más serio y el otro más jovial, el uno tiene una organización muy internacional y el otro más caótica. Pero a veces el caos no es malo si se sabe controlar.
El País resulta pesado si lo lees desde principio a fin, tardas muchos minutos en encontrar noticias u opiniones cercanas. Va desde más lejos a más cerca.
Público juega al contrario a mover la noticia más importante e ir intercalando opinión entre todas ellas.
Creo que en El País ha salido perdiendo la opinión y el humor de opinión, mientras que Público tiene que conseguir urgentemente modificar sus viñetas.
Sobre la distinta manera de tratar deporte no opino porque no entiendo tanto como para ello, si sobre un tema muy curioso.
Economía.
Es un error poner a estos temas de entradilla en Público el nombre de "Dinero", pero en cambio es mucho más cercano y didáctico lo que dice en sus páginas económicas. Esto representa que es más fácil y más leve.
El País tiene mucho camino andado, mucha fuerza, pero si a Público le dan tiempo ojo que puede dar mucha pelea. Y por favor, que los diseñadores de Público empiecen a pensar en un nuevo tratamiento a la portada. Hay días que le encaja muy bien según el tema tratado, pero hay otros días en que la cae como un tiro.
De nada.