
Las energías limpias no son la única alternativa, el freno al consumo es imposible a corto y medio plazo, el ciudadano mira para otro lado porque no le interesa nada de lo que dicen los técnicos.
Pocas soluciones y muchos problemas.
Se está edificando junto a los cauces de ríos menores, en los conos de deyección de barrancos, en auténticos campos de trigo sin ninguna posibilidad de agua o vertidos suficientes en pocos tiempos. Y los Ayuntamientos son los primeros que participan de estos barbarismos porque necesitan dinero para su financiación. No hablo ahora de grandes Ayuntamientos sino de pequeños lugares en donde el turismo o la masificación inmobiliaria piensan que puede ser su única salvación.
Nuestros hijos lo recibirán mucho peor que lo recibimos nosotros. Nadie está por la labor de cambiar su forma de vida.