¿Porqué se empeñan en algunas partes del mundo a materse entre hermanos y vecinos, entre compañeros de escuela y de barrio?
¿Alguien entenderá algo de lo que está sucediendo en Oriente Próximo dentro de 200 años, cuando expliquen la historia de estos siglos a los estudiantes?
¿Eres capaz de explicar a tus hijos lo que sucede con los palestinos y ser entendido?
El domingo un señor de 80 años de Covaleda (Soria) me decía que había que trabajar en política más unidos, y que deberíamos huir del odio, del enfrentamiento con los que opinan distinto, pero que había que buscar a su padre que estaba enterrado en una carretera de su pueblo y nadie le quería dar ni permisos ni ayudar a encontrarlo. Era maestro de escuela y lo mataron junto a otros 2 compañeros de profesión una tarde del verano de 1936. Fueron unos jóvenes al pueblo y les dijeron a todos reunidos en la plaza que habían dejado los cuerpos de 3 en la carretera. Nadie se atrevió en un primer momento a moverse del pueblo, pero luego algunos valientes fueron a enterrarlos.
El hombre casi llorando decía que a él ya no le matarían, porque lo habían matado entonces con 11 años, pero que intentáramos que eso no volviera a ocurrir nunca.
Yo creo que ya vale de palabras soeces, de aguantar callados los actos de los tontos, de pensr que nunca pasa nada. Sin acritud, pero sin callarse hay que procurar que ninguna barbaridad quede sin hablar con calma por los que creemos en la paz.
Creer en la paz no es estar callados, y hay muchos que creen desde todas las ideas.
¿Alguien entenderá algo de lo que está sucediendo en Oriente Próximo dentro de 200 años, cuando expliquen la historia de estos siglos a los estudiantes?
¿Eres capaz de explicar a tus hijos lo que sucede con los palestinos y ser entendido?
El domingo un señor de 80 años de Covaleda (Soria) me decía que había que trabajar en política más unidos, y que deberíamos huir del odio, del enfrentamiento con los que opinan distinto, pero que había que buscar a su padre que estaba enterrado en una carretera de su pueblo y nadie le quería dar ni permisos ni ayudar a encontrarlo. Era maestro de escuela y lo mataron junto a otros 2 compañeros de profesión una tarde del verano de 1936. Fueron unos jóvenes al pueblo y les dijeron a todos reunidos en la plaza que habían dejado los cuerpos de 3 en la carretera. Nadie se atrevió en un primer momento a moverse del pueblo, pero luego algunos valientes fueron a enterrarlos.
El hombre casi llorando decía que a él ya no le matarían, porque lo habían matado entonces con 11 años, pero que intentáramos que eso no volviera a ocurrir nunca.
Yo creo que ya vale de palabras soeces, de aguantar callados los actos de los tontos, de pensr que nunca pasa nada. Sin acritud, pero sin callarse hay que procurar que ninguna barbaridad quede sin hablar con calma por los que creemos en la paz.
Creer en la paz no es estar callados, y hay muchos que creen desde todas las ideas.