Nos afecta el frío como debe de ser en estas épocas. Frío de verdad, del que entra por dentro, frío con nieve y bufanda, con hogar en los pueblos y con cafelito en las casas.
Yo no creo en el cambio climático, lo siento, soy de los que piensan que el ser humano por sí solo no es tan importante como para destrozar el mundo excepto que utilice una cadena de barbaridades nucleares.
Y si os fijáis, siempre tenemos un año del siglo pasado para buscar la comparación. No hace tanto frío desde 1942 ni tanto calor como en 1963, por ejemplo. Creo que nos estamos comiendo el coco con los ecologismos mal entendidos, y no vemos un poco más allá del presente que no nos gusta. Nunca nos han gustado los presentes, incluso ni la década de los 80 que a veces algunos añoramos, fueron reconocidos en su momento.
Disfrutar del frío.
Yo no creo en el cambio climático, lo siento, soy de los que piensan que el ser humano por sí solo no es tan importante como para destrozar el mundo excepto que utilice una cadena de barbaridades nucleares.
Y si os fijáis, siempre tenemos un año del siglo pasado para buscar la comparación. No hace tanto frío desde 1942 ni tanto calor como en 1963, por ejemplo. Creo que nos estamos comiendo el coco con los ecologismos mal entendidos, y no vemos un poco más allá del presente que no nos gusta. Nunca nos han gustado los presentes, incluso ni la década de los 80 que a veces algunos añoramos, fueron reconocidos en su momento.
Disfrutar del frío.