Hoy todos rondamos los 50 y hablamos de lo humano y de lo divino, pero sobre todo volvimos a descubrir que no se nos ha olvidado reírnos. Que el humor es la mejor medicina ahora que ya todos tomamos pastillas de colores pero no azules.
Nos reímos de nosotros, de la muerte, de la jubilación, de la depresión, de los trabajos, de los amigos que empiezan a no estar y de lo mal que lo hemos hecho en algunas cosas.
Nos reímos de lo que no habíamos conseguido, sabiendo que era ya lo mejor que podíamos hacer ante el fracaso de lo que hemos dejado atrás, pero también que todavía nos quedan fuerzas para conseguir lo que nos propongamos.
Hablamos de hacer un curso de petanca, pero uno mucho más listo que el resto avisó que lo que se lleva para nuestro futuro es el esquí de fondo. Así que vamos a intentarlo.
Hablamos de hacer un curso de petanca, pero uno mucho más listo que el resto avisó que lo que se lleva para nuestro futuro es el esquí de fondo. Así que vamos a intentarlo.
Casi seguro que nos perderemos, pero os aseguro que nos reiremos mucho, que es de lo que se trata ya, a ciertas edades.