Nos quedan ejemplos gastronómicos en nuestra cocina para deleitar sobre nuestra historia que además son muy sencillos de hacer. Veamos el clásico gazpacho, hecho de forma sencilla.
En una batidora grande mete media cebolla a trozos, un pimiento verde cortado, medio pepino sin el culo pero no del todo pelado, un poco de pimiento rojo si tienes, un ajo o dos si le apetece su ligero picor y una lata entera de kilo de tomate triturado natural. Es una pequeña aberración meter tomate de lata, pero te garantizas un precio más bajo, que sea más sencillo de hacer y que te salga más colorado.
A todos estos ingredientes les añade una ración de pan duro previamente mojado en agua para ablandarlo y a ser posible de hogaza, unos golpes de sal, una buena dosis de aceite de oliva (al menos dos cucharadas soperas) y una chorradita de vinagre.
Bien batido y triturado todo se pasa por colador grueso para evitar las peladuritas y prueba el sabor por si tiene que rectificar de sal.
Bastante frío y con un platito aparte conteniendo muy bien picado algo de jamón y trocitos de las verduras en crudo, sirve como refrescante paseo por la historia gastronómica de nuestro país.
Se puede hacer mejor, pero no creo que se pueda hacer más sencillo y rápido.
Bien batido y triturado todo se pasa por colador grueso para evitar las peladuritas y prueba el sabor por si tiene que rectificar de sal.
Bastante frío y con un platito aparte conteniendo muy bien picado algo de jamón y trocitos de las verduras en crudo, sirve como refrescante paseo por la historia gastronómica de nuestro país.
Se puede hacer mejor, pero no creo que se pueda hacer más sencillo y rápido.